La caza en España genera el 0,3 del PIB nacional lo que supone un impacto económico de casi 6.475 millones de euros anuales según un estudio realizado por la Fundación Artemisan. Asimismo, la caza contribuye al PIB nacional con 1,18 euros por cada euro gastado.
Esta actividad cinegética da empleo cada año a más de 185 mil personas, lo que equivale al 1% de la población activa, de las cuales el 70% son personas con bajo nivel de estudios lo que le permite su integración en el mercado laboral. Estos puestos de trabajo se refieren tanto a los que están directamente relacionados con la caza como pueden ser los puestos de trabajo generados por los cotos de caza, organizadores de cacerías, rehaleros, tiendas de caza, etc. Como a los puestos de trabajo generados indirectamente ya sean puestos en la Administración Pública, puestos generados por empresas de compra-venta de terrenos o puestos relacionados con la industria cárnica de caza.
En cuanto a su contribución medioambiental, la caza tiene una labor muy importante en relación con el control de la sobre población de especies ya que evita cada año la sobre población de especies como, or ejemplo, los jabalíes y los corzos, responsables del 54% de los accidentes ocurridos en las carreteras españolas cuya causa principal es la fauna salvaje. Además de la conservación, de hábitats naturales de especies salvajes, a cuya labor se destina en la actualidad 285 millones de euros.
En conclusión, la caza es una actividad que contribuye de manera creciente al capital económico de nuestro país, mediante un impacto económico positivo y la promoción constante de empleo, al capital social mediante la difusión y la sensibilización, la seguridad vial, sanidad animal, actividad agrícola, cultura y tradición, y al capital medioambiental mediante la protección y conservación de especies y la conservación y promoción del patrimonio natural.
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