La caza del zorzal

Los zorzales, pertenecientes a la familia de los túrdidos, son pájaros gregarios que viven en grupos más o menos importantes. De hecho, es frecuente que dos especies de zorzales de las cuatro que existen, coexistan y acudan a los mismos comederos. Es el caso del zorzal común, que casi siempre comparte sus biotopos favoritos, como los setos, orillas de los ríos, olivares, maquis y sotobosque fresco con su primo el mirlo negro. Pájaro vivaz, dotado de una vista agudísima, el zorzal es muy activo, siempre está en movimiento y pasa casi todo el tiempo comiendo.

La caza en mano

Cuando los zorzales llegan a un sector favorable (buenas condiciones climáticas, alimento en abundancia y presencia de encames), se establecerán ahí de forma provisional. Para los cazadores al salto, es una ocasión soñada, que da prioridad a todas las zonas de alimentación, tanto las viñas como los setos densos, linderos del bosque con sus ricas huertas y mares de olivos con su preciado fruto.

Si se impone la ayuda de otro o varios cazadores para recorrer estos terrenos, ya que una gran cantidad de disparos levantaría el vuelo de la mayoría de los pájaros, aumentando así las ocasiones de tiro y de llenar el portacazas.

La caza en puesto fijo

Esta práctica consiste en edificar en el eje de paso de los zorzales una guarida más o menos elaborada con ramas para disimularse en el entorno. Según los gustos, el cazador puede optar por el tiro al paso (puesto sin techo) o al ojeo en un puesto provisto solamente de varias aberturas laterales. En este último caso, las ramas secas dispuestas en la copa de los árboles o de grandes arbustos facilitarán la postura de los pájaros.

 

Este mismo tipo de puesto puede servir para el periodo de invernada de los zorzales, siempre que esté establecido cerca de los árboles de bayas donde sacan su alimento.

Escribir comentario

Comentarios: 0