Accidentes en la caza

La caza como cualquier actividad conlleva algunos riesgos, y al tratarse de una actividad en la que participan armas de fuego, el peligro se incrementa.

 

En los accidentes mortales, el primer riesgo que podemos enumerar se produce en los desplazamientos hacia el cazadero, los accidentes de tráfico siempre están ahí, y en los desplazamientos cinegéticos no van a ser menos. La segunda causa mortal se encuentran los accidentes producidos por disparos de otros compañeros, se suelen producir en jornadas de caza mayor, es muy importante utilizar ropa reflectante y aumentar mucho la precaución, a veces puede las ganas de abatir una pieza a la prudencia y se producen disparos no deseados confundiendo piezas de caza mayor con compañeros, es triste pero es así. En este accidente no solo afecta a la persona herida que por supuesto es lo más grave, sino al que dispara que a consecuencia de su acto sufre problemas psicológicos de por vida, la caza es una actividad entre amigos y familiares, y si se produce algún accidente causará daño a alguien muy querido. También podemos sufrir un accidente de impacto de bala por rebotes de un proyectil, según la superficie y el ángulo de la trayectoria, el proyectil puede rebotar y volver a impactar contra nosotros, aunque no es muy común pero siempre es posible. Disparos en extremidades u otras partes del cuerpo motivo de no llevar el arma con el seguro puesto o en una posición adecuada, si nos caemos o se engancha una rama en el gatillo podemos tener una desagradable experiencia. Las caídas también forman parte del riesgo, al ser una actividad que se practica en un entorno salvaje hay que aumentar la precaución por donde nos movemos.

 

Por últimos podemos sufrir accidentes que aunque nuestra vida no correrá peligro, nos pueden ocasionar problemas a corto y largo plazo. Problemas de audición por no llevar ningún tipo de protector auditivo, rebotes de perdigones o plomeo de tiros de otros compañeros, para lo cual es muy importante utilizar gafas de protección.

 

Haciendo un poco de reflexión, debemos maximizar las precauciones al máximo, recordar todo aquello que un día aprendimos en cuanto a la seguridad en la caza, y que más vale que una pieza de caza se vaya, que tener que lamentar el fatal desenlace de ocasionar un daño irreparable a algún compañero, la caza siempre va estar ahí, no merece la pena correr ningún riesgo.

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